Llevar flores a tus anfitriones en Francia

Imaginemos que estás en Francia: un día te invitan a almorzar a casa de un colega, cliente o proveedor francés con quien, con el tiempo, se ha hecho amigo. Has entendido bien las reglas de la puntualidad y, tras unos cuantos cálculos inteligentes, planeas presentarte en casa de tu anfitrión unos 15 minutos después de la hora que te ha dado (¡no llegar nunca a la hora exacta, sería demasiado pronto!).

Pero, ¿qué vas a llevar? No se puede, como se dice, « llegar con las manos vacías ». Deja la botella de vino. Aunque esto es cada vez más común entre los jóvenes, sigue siendo informal. En cualquier caso, debes conocer muy bien a tu anfitrión, lo que no es el caso aquí. De todos modos, como no sabes lo que vas a comer, no podrás, por definición, elegir el vino más apropiado para la comida. También renuncia a traer el postre -y especialmente esta famosa tarte tatin que te queda tan bien. Sigue siendo demasiado informal.

¿Y entonces qué? Es muy sencillo: ofrece flores, del tipo que quieras. Basta con pasar por una floristería el sábado o el domingo (días tradicionales de las reuniones familiares) para darse cuenta de lo viva que está esta tradición en Francia: a menudo hay cola. Así que planifica con antelación (si no quieres llegar a casa de tus anfitriones con 30 minutos de retraso y esta vez romper la primera regla…).

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