El verbo brouiller, es decir, poner las cosas en desorden, ha dado lugar a una gran familia de palabras muy utilizadas en el francés cuotidiano. Presentada como un pequeño mapa, ¡quizá pueda ser más fácil de recordar! En primer lugar debe señalarse que el desorden o la ausencia de armonía preside toda esta pequeña familia.
Une brouille es un desacuerdo, una discrepancia entre dos personas; así pues podéis estar brouiller avec (reñido con) alguien. Pero si los huevos están brouillés (revueltos), simplemente significa que han sido cocinados mezclando rápidamente la clara y la yema (¡sin batir porque si no preparáis una tortilla!). Embrouiller significa enmarañar algo pero también sembrar la confusión en la mente de una persona, de ahí la palabra embrouille: confundir con la intención de engañar.
Si estáis confundidos o una cosa lo está, tenéis que vous débrouiller o débrouiller la cosa, es decir, vosotros o las cosas hay que ponerlas en orden. La capacidad de sacarse de apuro, de conseguir todo lo que uno quiere (la débrouillardise, astucia) caracteriza también el débrouilllard (el ingenioso).
En otro registro, una persona que carece de claridad en sus ideas (une personne brouillonne,) necesitará más que otra, hacer un brouillon (borrador), es decir brouillonner algo en un pedazo de papel antes de presentar sus ideas .
Por último (aunque esta presentación de la familia « brouiller » no pretende ser exhaustiva), cuando las nubes son tan bajas que tocan el suelo y que es imposible ver muy lejos, estáis simplemente en le brouillard (la niebla): il brouillasse!
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