Diferencia entre el francés hablado y el escrito

Todos los estudiantes lo experimentan: el francés no se pronuncia como se escribe. Esto se debe a que el código oral y el código escrito, a diferencia de las otras lenguas latinas, se alejan como dos continentes. Por supuesto, no estamos en la situación del árabe, donde el árabe literario -lingua franca entre todos los árabes cultivados- coexiste con sus variantes orales y locales (en Marruecos, Túnez, Argelia, etc.). Pero tendemos hacia ello.

Para abreviar, la ortografía del francés se fijó en el siglo XVII, mientras que su pronunciación no ha dejado de evolucionar y cambiar. Es por este motivo que damos tanta importancia a la fonética en nuestros cursos de francés.

Por ello, algunas reglas son útiles para hablar y entender al oral una lengua como el francés si la situación no es formal (es decir, la mayoría de los casos). Algunos sonidos simplemente desaparecen, otros se transforman.

La e final cae, incluso delante de una consonante, en:  me, te, se, le, de y je. Atención, no obstante : « je » se convierte en « j’ » pero se pronuncia « ch » delante de una consonante muda (f, k, t, p, s): j’pars se dice « chpar »; del mismo modo « de » se convierte « d’» pero se pronuncia « » delante de las mismas consonantes mudas: Beaucoup d’farine se dice « bocoutfarine ». Otras vocales finales caen, solamente delante de una vocal : la i del pronombre relativo qui (« c’est toi qu’as fait ça ? »), y la u de tu (« T’es parti quand ? »).

Por último, algunas consonantes finales también tienden a desaparecer: la l de il, ils, elle, elles: por ejemplo, elles sont parties se convierte en « è sont parties »; la r en posición final casi nunca se articula: quatre se pronuncia « kat »; il desaparece por completo en la expresión il y a, que se pronuncia simplemente « ya ».

En nuestros cursos de francés para empresas, ¡también se aprende esto!

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