En Francia, un nuevo sitio web, louerunetudiant.com, propone una nueva fórmula que es, cuando menos, original: ¡alquilar un estudiante! Para éste, es la ocasión que se valoren sus competencias para un trabajo concreto y de una duración limitada, cobrando un salario más alto que el que está durante sus prácticas. Para la empresa, es la posibilidad de obtener un servicio práctico y económico, evitando así recurrir a una agencia especializada o proveedores «instalados» y evidentemente más caros.
¿Cómo funciona esto? Es muy sencillo: en la plataforma del sitio web, la compañía ofrece un trabajo y luego selecciona al candidato con el perfil más adecuado (formación, experiencia, las evaluaciones de los trabajos anteriores, etc.).
El estudiante, que al crear su perfil en el sitio web debe adoptar el estado de autónomo, propone él mismo las tarifas de sus servicios; la empresa, a su vez, puede optar por pagar por hora o precio fijo. Cada trabajo es objeto de un contrato de prestación, sin lazos de subordinación entre el estudiante y la empresa, el sitio web sirve de intermediario.
Sin embargo, esta solución no tiene la aprobación de todos. Para algunos, «alquilar un estudiante» demuestra que para muchos la precariedad es ya una situación normal y contribuye todavía más a bajar las remuneraciones.
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