En Francia, cerca de 600.000 jóvenes de 15 a 29 años se encuentran actualmente en contrato para la formación en régimen de alternancia. Este sistema de formación incluye una experiencia de trabajo en el que la persona en cuestión, el trabajador, se forma alternativamente en una empresa y en un centro formativo; ello representa numerosos beneficios tanto para el trabajador como para la empresa.
Esta formación acelera la maduración de los jóvenes y les permite que un 40% de ellos sean reclutados cuando finalizan su contrato (el 60% lo son con un contrato indefinido). Este sistema ofrece la posibilidad de probar un candidato en un puesto de trabajo durante todo el período del contrato, los empresarios ven con esto y por ellos mismos, la manera de reducir el riesgo asociado a la contratación.
Este régimen de alternancia puede estar asociado con un contrato de trabajo específico, bien sea un contrato de aprendizaje (para jóvenes de entre 16 y 25 años que deseen seguir una formación teórica), o bien un contrato de profesionalidad (para jóvenes 16 a 25 años y los desempleados de más de 26 años que deseen obtener una cualificación). En ambos casos, el salario varía dependiendo de la edad y certificación a obtener. También se puede realizar bajo el sistema educativo como por ejemplo las escuelas de formación profesional.
Aunque los poderes públicos están tratando de reforzar la formación en régimen de alternancia, está menos difundida que en algunos países (por ejemplo, Alemania cuenta con 1,6 millones de trabajadores con este régimen).
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