Los franceses son cartesianos, historia y tradición obligan; ¡aunque también son impulsivos, historia y revoluciones también obligan!
En cualquier caso organizan su pensamiento en torno a conexiones lógicas que casi siempre verbalizan: son los famosos conectores lógicos que expresan la oposición, la concesión, la causa, la consecuencia, la finalidad. Para comunicar eficazmente con los franceses en su lengua, es conveniente no sólo hablar bien la lengua sino también adoptar lo mejor posible sus formas y esquemas de pensamiento. De lo contrario, existe un gran riesgo de que, en el mejor de los casos, no os entiendan bien, y en el peor de los casos, que desconfíen de un discurso que les parecerá amateur o de un bricolaje lleno de aproximaciones.
Su pensamiento parte siempre de lo que las cosas deberían ser y no de lo que son; a veces se interesan más por la teoría que por la realidad, que es lo que les opone al pragmatismo anglosajón (esta oposición queda perfectamente ilustrada por un chiste inglés: Un día se le demuestra a un francés que Dios existe, a lo que el francés responde: «De acuerdo, realmente existe, pero… ¿en teoría?»).
Siempre que sea posible, añadid conectores lógicos a vuestro discurso en francés: vuestro interlocutor siempre os lo agradecerá.
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