En Francia, cuando una de las partes en el contrato laboral anuncia a la otra su decisión de rescindirlo, este contrato laboral no cesa de repente: continúa válido durante un cierto período de tiempo: es el preaviso. Salvo casos excepcionales, el preaviso tiene que ser respetado por el asalariado y el empresario en caso de dimisión y en caso de despido.
Sin embargo, es frecuente que el empresario dispense al trabajador de efectuar el preaviso. En caso de despido, el empresario puede dispensar al empleado del preaviso pero tiene que pagarle una indemnización compensatoria de preaviso igual al salario que habría abonado si el asalariado hubiera trabajado durante este período. En caso de dimisión, toda dispensa acordada por el empresario viene acompañada por la pérdida de la indemnización compensatoria de preaviso.
El plazo de preaviso es diferente según se trate de una dimisión o de un despido. En este último caso, puede ser de hasta dos meses (en función de la antigüedad del asalariado). En caso de dimisión, puede ser de hasta tres meses (dependiendo del convenio colectivo).
Durante el período de preaviso, el contrato de trabajo continúa funcionando normalmente: el empleado trabaja con remuneración, pero con la diferencia que tiene derecho a unas horas de ausencia para encontrar un nuevo trabajo (generalmente dos horas diarias).
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Eso es todo por este año. Seguimos trabajando en julio, ¡pero el blog se va de vacaciones!
¡Buen verano a todas y a todos!