En Francia, para los hombres, el código de vestimenta es de los más clásicos en el mundo profesional. Traje, opción corbata, y camisa. ¿Camisa de manga larga incluso cuando llega el buen tiempo? Este es el dilema, si se tiene en cuenta un artículo reciente del diario Le Monde. Según este artículo, si la camisa de manga corta parece ser una de las piezas de ropa más banal, es, sin embargo, una señal de mal gusto. El autor recuerda, en primer lugar, que jamás ha sido una prenda de trabajo y que apareció sólo en los años 1920, cuando “el uniforme masculino clásico quedaba por primera vez en tela de juicio”.
¿Por qué pues de “mal gusto”? El autor explica que “el aficionado a la camisa de manga corta en el trabajo tiene grandes posibilidades de enseñar su axila peluda en la primera presentación Power Point que haga”. Podríamos pensar que es, en resumidas cuentas, ligero como argumento… Sea lo que sea, para él, hasta una corbata no puede arreglar la cosa: el mal gusto estaría entonces en su punto más álgido. ¿Qué hacer entonces en el período estival? Pues bien, llevar una camisa de manga larga ¡y subirse las mangas!
Moraleja: “La camisa de manga corta se tiene que eliminar en un contexto profesional”. Sin embargo, seamos realistas: en Francia, la camisa de manga corta, incluso siendo menos llevada que en los países mediterráneos (donde ciertas personas las llevan incluso en invierno), tiene numerosos adeptos en verano.
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